FELIPE II. 8 reales. Segovia, Casa Vieja. 159(7) parece discernirse la base del último dígito. Árbol. Cy4054 (6.000€). 27´33 g. Leves vanos de acuñación, como es habitual en esta serie. MBC+ y algo mejor el reverso. Flan de gran tamaño que permite percibir casi por completo ambas áreas. Rarísimo duro de Casa Vieja acuñado en la única fecha de este ensayador. Conocemos solo 3 o 4 ejemplares

Felipe II acuñó siguiendo el estilo anterior, e incluso a nombre de los Reyes Católicos en el vellón, desde el inicio de su reinado en 1556. Sin embargo, diez años más tarde inició la nueva estampa. Coinciden la construcción del Ingenio de Segovia en la década de 1580, lo que llevó a incorporar como dato obligatorio en las monedas la fecha de acuñación a partir de 1588. Además, en el año 1597 coincide que se modificó la leyenda de las monedas y se incluiría el escusón de Portugal. Es decir, hechos con notable incidencia en la numismática.
Este duro es evidencia de varios de estos importantes cambios. Acuñado en la Casa Vieja, comparte con otros duros del Ingenio la misma fecha de acuñación 1597. Es decir, hay monedas de 8 reales acuñadas en 1597 en Segovia, pero en dos cecas diferentes y con dos técnicas distintas: Casa Vieja a martillo, y el Ingenio a rodillo, por laminación. Pero además, en la Casa Vieja, el año 1597 acuñan dos ensayadores; I superado de o (Ioan de Morales) y el protagonista de esta pieza que se identifica con el símbolo parlante del árbol (Lesmes Fernández del Moral). Es más, resulta misterioso que el año 1598 sigue habiendo acuñaciones en el Ingenio, pero no se conocen en Casa Vieja. Y para más enigma, I superado de o sí se nos muestra en otras piezas a molino… pero árbol solo se conoce su trabajo con Felipe II en el año 1597 para piezas de plata y de oro. Es decir, solo conocemos a este ensayador por el año 1597.
El tipo con leyenda OMNIVM / REGNORVM REX incorporando el escusón de Portugal es el nuevo y último tipo de Felipe II, que morirá al año siguiente, 1598. De esta tipología debieron acuñarse menos de 17.000 kilogramos de plata, aunque solo se conocen ejemplares, como hemos dicho, del año 1597 del que recordamos haber visto solamente tres o cuatro ejemplares.

Podemos dar razón del precio pagado por Felipe II en 1583 por una de las primeras obras de el Greco en España, trabajo que se ordenó para El Escorial, "El martirio de San Mauricio y le legión tebana", 800 ducados. Al parecer no fue del gusto del rey.
Tres años más tarde que la acuñación de este ejemplar, hacia 1600, el propio rey Felipe II ordena a Lope Giner, pagador de las armadas de Cartagena, y al tesorero Juan Fernández de Espinosa, que entreguen cada uno 50 ducados a Cervantes por algo misterioso, “ciertas cosas de nuestro servicio”, en total 100 ducados.
El ducado quedó relegado a unidad de cuenta tras la introducción del escudo; equivalía a unos 375 maravedís el primero, mientras que el segundo, el escudo, lo hacía a 350 maravedís en un principio, para luego ser 400 en 1566, y más tarde -1609- fijarse en 440 maravedís la relación con el escudo. El real seguía la relación de entre 30 y 34 maravedís. Así que podemos estimar que esos 800 ducados por el Greco debían ser unos 860 escudos, unos 344.000 maravedís. Mientras que el encargo misterioso por el servicio de Cervantes al rey serían unos 107 escudos y medio, unos 43.000 maravedís.